La escena apenas dura dos minutos exactos, pero se ha convertido ya en uno de los vídeos más vistos del año, y lo será durante mucho tiempo. La secuencia de imágenes del atentado contra Donald Trump muestra con claridad lo ocurrido este sábado en Butler, Pennsylvania.
En las imágenes se ve al candidato republicano dirigirse al público ataviado con una de sus características gorras rojas, chaqueta oscura y camisa blanca sin corbata, cuando de repente se escuchan unos sonidos.
El sonido de los disparos en las películas y series de Hollywood es diferente al de la vida real: suenan más como a taponazos. En el vídeo se escuchan tres y justo tras el primero de ellos, Donald Trump se echa la mano derecha al cuello o a la oreja.
Al mismo tiempo, el expresidente se echa al suelo, gesto que copian cientos de asistentes al mitin tras él, mientras que miembros del servicio secreto acuden raudos a proteger con sus cuerpos a Trump.
De fondo se oye otra sucesión de disparos rápidos, cuatro o cinco, probablemente de los efectivos de seguridad contra el atacante. Desde la primera detonación, apenas han pasado seis segundos.
Luego hay unos segundos de confusión: gritos desgarradores de asistentes y gestos de perplejidad y confusión entre el público. Antes de que pase un minuto desde el primer tiro, los miembros del servicio de seguridad que protegen a Trump exclaman "¿Estáis preparados? Vamos a movernos".
Media docena de miembros de seguridad, entre ellos una mujer, rodean con sus cuerpos a Trump. Uno de ellos lleva lo que parece ser un pañuelo lleno de sangre. El expresidente busca un hueco entre los fornidos hombros de sus protectores y, con el rostro salpicado de sangre y una herida en la oreja derecha, saca un puño.
Con gesto de rabia, lanza golpes victoriosos al aire con su puño, lo que provoca el delirio de sus seguidores. Trump está vivo. Bajo cánticos de "¡USA!", el político republicano es bajado del estrado.
A escasos metros se encuentra el monovolumen negro en el que Trump es desalojado. El candidato republicano sube y parte raudo. Apenas han pasado un minuto y 56 segundos desde el primer disparo, que pudo haber cambiado la historia de Estados Unidos.
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